La crónica menor: EL VICARIATO APOSTÓLICO DEL CARONÍ, por Cardenal Baltazar Porras Cardozo
La configuración territorial de la Iglesia católica en Venezuela es la siguiente. La porción más pequeña, a cargo de un sacerdote es la parroquia. Le sigue la diócesis que en Venezuela, en su mayoría, coincide con los límites de los estados<, con la excepción de Caracas (Distrito Capital y Municipio Sucre del estado Miranda), El Vigía-San Carlos del Zulia (con territorio de Mérida y Zulia), y, Guasdualito (con territorio de Apure y Barinas). Hay estados con más de una diócesis: Zulia con cuatro (Maracaibo, Machiques, Cabimas y El Vigía-San Carlos), Lara (Barquisimeto y Carora), Falcón (Coro y Punto Fijo), Portuguesa (Guanare y Acarigua), Carabobo (Valencia y Puerto Cabello), Miranda (Los Teques, Guarenas y Caracas), Guárico (Calabozo y Valle de la Pascua), Apure (San Fernando y Guasdualito), Bolívar (Ciudad Bolívar, Ciudad Guayana y el Caroní), Anzoátegui (Barcelona y El Tigre), Sucre (Cumaná y Carúpano).
La organización territorial en la Iglesia católica está conformada por diócesis, vicariatos y prefecturas apostólicas. Se erigen vicariatos en regiones de misión donde todavía no hay capacidad para autogestionarse. Dependen de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos para todos los asuntos ordinarios. El Vicariato Apostólico del Caroní comprende 80.309 kms2 del estado Bolívar. La sede episcopal se encuentra en la ciudad de Santa Elena de Uairén, cercana a la frontera brasileña. Fue erigido el 4 de marzo de 1922 mediante la bula Quoties Romani del Papa Pío XI, con territorio de la diócesis de Santo Tomás de Guayana hoy Arquidiócesis de Ciudad Bolívar.
Han estado al frente de este vicariato: Benvenuto Diego Alonso y Nistal, O.F.M. Cap. (27 de noviembre de 1923 – 24 de marzo de 1938); Constantino Gómez Villa, O.F.M. Cap. (14 de julio de 1938 – 11 de octubre de 1967); Mariano Gutiérrez Salazar, O.F.M. Cap. (11 de marzo de 1968 – 23 de octubre de 1995); Santiago Pérez Sánchez, O.F.M. Cap. (28 de mayo de 1993 – 2 de julio de 1994). Jesús Alfonso Guerrero Contreras, O.F.M. Cap. (6 de diciembre de 1995 – 9 de abril de 2011); Felipe González González, O.F.M. Cap. (26 de mayo de 2014 – 20 de julio 2021); Gonzalo Alfredo Ontiveros Vivas (20 de julio 2021), ordenado el 26 de junio de 2021, miembro del clero de la diócesis de San Cristóbal, nativo de Capacho (5-12-1968), estudió en el Seminario de su diócesis y más tarde obtuvo la licenciatura en teología pastoral en el Instituto Superior de Pastoral de la Pontificia Universidad de Salamanca en su sede de Madrid (2015). Lo acompañan un grupo de sacerdotes y seminaristas, a la espera de misioneros laicos, procedentes también del Táchira.
A las puertas del centenario de su creación, confiado hasta el presente a la Orden Capuchina, ha sido transferido en jus commissionis, es decir, se ha comisionado, encargado de su atención a la diócesis de San Cristóbal. Es un hecho relevante, pues es la primera vez en Venezuela que se le da la responsabilidad de su atención a una diócesis, algo existente en otros países bajo distintas modalidades. Tradicionalmente Venezuela ha sido un país que ha recibido ayuda misionera del exterior. Ahora, se nos pide que seamos misioneros, que lo que hemos recibido gratis, lo demos también con generosidad. Si bien es San Cristóbal la primera responsable en la atención a este singular vicariato, es un llamado a toda la iglesia venezolana a potenciar la vocación discipular misionera.
Apenas ha tenido relevancia mediática la toma de posesión de Mons. Ontiveros. Es un hecho histórico que debe tener resonancia nacional, pues buena parte del territorio venezolano a la margen derecha del Orinoco es desconocida para la mayoría de nosotros, ajenos a su realidad física, cultural, social y política, pues es una región estratégica por su configuración geológica, con presencia importante de etnias indígenas, con la explotación irracional de sus recursos como lo que sucede en el llamado arco minero, y con un potencial importante para el desarrollo integral del país, no solo para aprovecharse de su riqueza.
Inexplicablemente, a última hora, falló el ofrecimiento de varios aviones de la Fuerza Armada, y se negó el paso de la frontera al Obispo de Boa Vista (Brasil), quien quería estar junto a su hermano obispo, más cercano que los vecinos obispos venezolanos de Bolívar. Le deseamos a Mons. Ontiveros el mayor de los éxitos en esta nueva andadura del Vicariato y es, debe ser, compromiso fraterno el que toda la iglesia que peregrina en Venezuela asuma este reto con espíritu sinodal. Es un camino que nos toca llevar adelante juntos. Oremos y seamos solidarios con este nuevo capítulo que se abre como exigencia a todos nosotros.
41.- 20-7-21 (4742)